Muchas gracias, muy buenas tardes.
Es un privilegio para mí poder reunirme esta tarde con esta Honorable Comisión Permanente del Senado, muchas gracias por darme la oportunidad de ser el primer jefe de Estado que visita estas instalaciones recién construidas.
Ayer, precisamente conversábamos con el presidente Felipe Calderón de lo congratulado que se sentía el señor vicepresidente de estar en estas nuevas instalaciones, no en el estilo tradicional del anterior edificio pero sí probablemente un edificio mucho más moderno que va a permitir hacer mucho más efectivo su trabajo.
Gracias por el tiempo que me dedican. Si me lo permiten me gustaría destacar que esta visita que comenzó ayer está siendo extraordinariamente fructífera y ha servido para confirmar el enorme potencial que tienen nuestros países aún por compartir tanto en el plano económico como en el social y cultural.
Usted, señor vicepresidente, señalaba dos temas que han sido de capital importancia y que han merecido la atención tanto del presidente Felipe Calderón como de este servidor, que es el tema de las relaciones comerciales entre nuestros países y el tema migratorio.
Pero yo agregaría también otro tema que lamentablemente, digo lamentablemente porque debería no ser una preocupación de nuestras sociedades pero desafortunadamente estamos siendo de alguna manera golpeados, uno con mayor intensidad que otros por la delincuencia: el narcotráfico, el crimen organizado trasnacional, que también ese ha sido un tema de interés que hemos abordado con el presidente Calderón y su equipo de trabajo.
A lo largo de las conversaciones con el presidente y con empresarios y otras personalidades, he podido confirmar que compartimos muchas fortalezas e intereses comunes pero también un mismo enemigo que debemos enfrentar conjuntamente con decisión.
Esta mañana en un almuerzo organizado por los empresarios mexicanos, muchos de ellos que tienen relaciones comerciales con mi país, desde décadas atrás, planteaban la necesidad, justamente, de aprovechar esta comunidad de interés en que surge de raíces históricas, económicas, sociales, de tradiciones culturales que compartimos de larga data y por lo tanto tienen que crear el escenario favorable para potenciar mucho más los lazos que estrechan a nuestros pueblos.
Y aquí hay un enemigo común que yo no me cansaré de insistir que debemos de enfrentarlo cada uno de forma aislada, sino que conjuntamente: me refiero al narcotráfico y al crimen organizado.
Y de la misma manera que siempre digo que esta tarea no puede realizarla un país en solitario, también estoy convencido de que ésta no es labor únicamente de un presidente y de su gabinete, ésta es una labor de un país en la que deben estar comprometidos todos los poderes del Estado por igual, por eso quiero agradecerles nuevamente esta invitación que me permite acercarme a la realidad (Inaudible) mexicana en su conjunto.
Yo sé que no es una tarea que realiza solo el presidente Calderón y su gabinete de seguridad, sino que también en alguna medida el Senado, el Congreso y las demás instituciones del Estado mexicano también coadyuvan (Inaudible) para hacer posible dar esta buena batalla y derrotar este enemigo común.
Amigos y amigas, si me permiten llamarles de esa manera, aunque realmente son más hermanos y hermanas latinoamericanos, mexicanos: en la medida en que compartimos una comunidad de intereses, yo estoy convencido y lo he dicho en diferentes ocasiones de que los problemas de la democracia y los retos que enfrentan nuestros países se combaten únicamente con más democracia.
Esto es especialmente válido y urgente cuando nos referimos a enfrentar a un enemigo tan poderoso y cambiante como el que acecha en estos momentos a nuestras sociedades.
Entra aquí la oportunidad para congratularnos con un problema de carácter institucional que acabamos de resolver en el sistema de integración centroamericano, en la comunidad de los países y pueblos de Centroamérica, que lamentablemente hubo un fantasma que creíamos desterrado del continente como es el del golpe de Estado, del quebrantamiento de la institucionalidad como ocurrió en Honduras hace más de un año, luego de muchos esfuerzos que realizamos los diferentes países de la región en esta asamblea general de la OEA que se celebró recientemente en la capital salvadoreña, logramos ya la integración del pleno derecho del gobierno de Honduras a la comunidad de la OEA, como unidad de la que debió de salir justamente por este quebrantamiento de la institucionalidad, confiado que el presidente Porfirio Lobo pondrá toda su voluntad y hará todos los esfuerzos necesarios para reconstruir el tejido institucional que fue dañado justamente por este golpe de Estado.
Para nosotros este es una avance significativo porque Centroamérica no podía avanzar teniendo a un país hermano tan próximo a nuestra frontera con Honduras fuera de toda iniciativa regional que veníamos emprendiendo desde meses atrás.
Yo estoy convencido que sólo con instituciones fuertes e independientes en los tres poderes del Estado lograremos impermeabilizar nuestros estados contra los intentos de filtración permanente que realiza el narcotráfico, y sólo si logramos frenar el paso a esos intentos estaremos en condiciones de vencer esta batalla que es crucial para el futuro de nuestros pueblos.
Si me lo permiten, con la venia suya vicepresidente, me referiré brevemente al caso de El Salvador, no me voy a tomar mucho tiempo.
Desde mi llegada a la presidencia, hace dos años aproximadamente, una de mis metas fundamentales fue la profundización de la democracia.
El proceso de alternancia política que se abría con mi gobierno planteó para algunos muchas interrogantes e incluso desconfianza.
Pero la experiencia de estos dos años ha demostrado que esta administración es plenamente respetuosa de la independencia y pluralidad de los órganos del Estado y de hecho trabajamos no sólo con independencia respetando la jurisdiccionalidad propia a cada uno de los órganos del Estado, de los poderes del Estado, sino que también trabajamos con la colaboración y la necesaria armonía que debe existir entre ambos poderes del Estado.
Recientemente vivimos un asomo de crisis institucional que provocó una decisión que tomó el primer órgano del Estado, nuestra Asamblea Legislativa, que al final cambió las reglas del juego de una de las salas más importantes de la Corte Suprema de Justicia: la Sala de lo Constitucional.
Esto provocó un impasse de entendimiento entre los tres poderes del Estado: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, lo cual generó una incertidumbre entre la población que no quiere ver a sus órganos enfrentados, sino por el contrario trabajando en armonía.
Hemos caminado por ese derrotero, estamos trabajando en plan de armonía, estamos superando las diferencias y qué me mejor para El Salvador que es un país que tiene una democracia joven, conquistada hace 19 años, como usted bien lo ha señalado señor vicepresidente, con la histórica firma del acuerdo de paz en el Castillo de Chapultepec, que tuve la oportunidad de visitar nuevamente ayer en el almuerzo que nos ofreció el presidente Calderón y su esposa, la primera dama de la República mexicana.
Qué mejor oportunidad que rubricar una convivencia y una construcción democrática que es joven, apenas 19 años, pero que nos está llevando por la vía del fortalecimiento de las instituciones en la medida en que respetamos la independencia y pluralidad de los diferentes órganos del Estado.
Una de las mayores aportaciones que ha hecho mi administración, si me permiten decirlo, y que ha hecho posible además un mejor funcionamiento del Estado y una gobernabilidad estable, ha sido el permanente diálogo con los diferentes órganos, instituciones y partidos políticos.
De hecho, fui candidato y llegué a la presidencia de la República apoyado por un partido de izquierda que en el pasado fue un movimiento insurgente y uno de sus principales dirigentes fue muy amigo del senador quien, para ser infidente, me comentaba que él contribuyó a atemperar los ánimos en la medida en que los chistes que él le contaba al fallecido Coordinador General del FMLN y diputado, Jorge (inaudible), él luego se los trasladaba a los miembros de la Comisión de Diálogo, tanto del FMLN como del gobierno y entonces esto permitía encontrar un mejor escenario de entendimiento.
Me imagino que esos mismos chistes luego usted los traslada aquí al Senado para que haya un mejor ambiente.
Esto es importante porque puede sonar a broma pero la búsqueda de consensos, senador, es una vivencia importante que no debemos perder quienes tenemos una vocación democrática y debemos respetar la pluralidad de ideas, de intereses, de opiniones que hay en toda sociedad.
Y esta búsqueda de consenso ha caracterizado la toma de decisiones de mi gobierno desde el primer día. Ha sido muy fundamental para la puesta en marcha de políticas de Estado que involucran a todos los actores y que trascienden el periodo que dura una presidencia.
El plan de seguridad que hemos puesto en marcha es un ejemplo de estas políticas y está dando sus frutos.
Es cierto que los resultados, hay que decirlo porque tenemos que ser honestos con la realidad, no caminan siempre a la velocidad que desearíamos pero el proceso sigue en marcha con el apoyo de las diferentes instancias del Estado que nos ha permitido frenar la carrera ascendente del delito (inaudible).
Ese optimismo con la que analizo la situación de mi país, es el optimismo también con que el Estado, en el problema de la delincuencia, enfrentan ustedes hermanos mexicanos y que constituye uno de los principales desafíos que enfrenta también el gobierno del presidente Calderón.
Ayer lo decía, soy optimista de que México vencerá esta batalla y tiene que vencer justamente para que los resultados positivos de la gestión llevada a cabo por el gobierno mexicano puedan también irradiar mayor optimismo en los países centroamericanos que justamente el día de mañana vamos a celebrar una reunión extraordinaria que convoca a operantes de los países más desarrollados para buscar fondos que puedan financiar una estrategia regional de seguridad que vamos a emprender.
Quiero destacar también que una de nuestras primeras iniciativas en materia de seguridad fue iniciar un proceso de fortalecimiento institucional y depuración permanente en nuestros cuerpos de seguridad, algo que nunca antes se había llevado a cabo.
Este proceso unido a la plena confianza que mantengo en el equipo responsable del gabinete de seguridad, que es coordinado por el secretario de Asuntos Estratégicos, presente acá en esta delegación, el licenciado (inaudible), me permiten asegurar que caminamos con probidad y paso firme hacia la pacificación de El Salvador.
Por su puesto, como ya afirmé ayer frente al presidente Felipe Calderón y hoy lo hago ante ustedes, El Salvador y Centroamérica no podemos vencer solos esta batalla, necesitamos de México que es y ha sido siempre nuestra fuente de inspiración para vencer juntos en esta buena batalla que nos necesita a todos sin excepción.
Esta es una misión que exige lo mejor de nosotros, de nuestra voluntad, de nuestra inteligencia, de nuestra capacidad de trabajo y de toda nuestra fuerza moral.
Estoy seguro que juntos vamos a lograr forjar una nueva etapa para la historia de nuestros pueblos, una etapa de seguridad, tranquilidad y solidez democrática para todos.
Quiero agradecerles este cálido recibimiento que me dan como presidente y a la delegación que me acompaña y por supuesto el agradecimiento del pueblo salvadoreño que siempre ha visto en el pueblo mexicano su hermano (inaudible).
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