Palabras del Senador Manlio Fabio Beltrones, Presidente de la Cámara de Senadores en la entrega del Informe del Instituto Federal de Acceso a la información y Protección de Datos (IFAI).
Quiero a través de la doctora Jacqueline Peschard Mariscal, Comisionada Presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, saludar a los Comisionados, a la doctora María Marván Laborde, como también hacerlo con el Comisionado Ángel Trinidad Zaldívar, lo mismo con la maestra Sigrid Arzt de Colunga, Comisionada del IFAI, y con la licenciada María Elena Pérez-Jaen Zermeño.
A través de la Presidenta y las Comisionadas y Comisionados, saludo también a todos quienes colaboran en la tarea de hacer cada día más grande una institución como es el IFAI en estos momentos y en los que habremos de construir seguramente en el futuro.
Lo hago a nombre de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, y apoyado con los dos Vicepresidentes, el señor Secretario del mismo y con el Presidente del Comité de Garantía de Acceso y Transparencia de Información.
Señoras; señores:
Este informe que recibimos de la comisionada Presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, tal como lo dispone el artículo 39 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, será revisado con enorme interés por ambas Cámaras del Congreso de la Unión, a las cuales de inmediato remitiré copia del mismo, porque para una y otra el Instituto es sin duda una de las instituciones florecientes de la democracia mexicana.
Sirva también el evento para que podamos mencionar los avances y logros, que reflejan el pulso de una sociedad cada vez más demandante e informada, que tiene en el IFAI una ventana transparente para acceder a lo que desea y tiene derecho a saber sobre instituciones y actos de gobierno, sin más límites que los que la propia ley establece.
Sabemos de las dificultades que una institución nueva y moderna --tan necesaria sobre todo en nuestra democracia como es el IFAI--, enfrenta y tiene que vencer, algunas de ellas quedan relatadas con enorme cuidado y delicadeza, como siempre, al hacer uso de la palabra la Comisionada Presidente.
Y es importante que esto lo mencionemos, porque los temas o asuntos que se enfrentan y deben vencerse, servirán para seguir instaurando una cultura de rendición de cuentas, a la que muchos --hay que decirlo así-- aún se resisten y quienes desafortunadamente constituyen algunos retos adicionales para los organismos e instituciones que viven una maraña burocrática tejida a través de muchos años y que debe dar paso a una nueva cultura política.
Particularmente nos referimos a temas que antes se consideraban vedados a la luz pública y que hoy tienen que ventilarse y abrir sus puertas a los aires democráticos que exigen trasparencia y rendición de cuentas, como puede ser el caso de los asuntos de seguridad pública o procuración de justicia, entre otros.
Entendemos el doble y complejo reto del IFAI ante esas resistencias, por un lado, y ante la creciente demanda de información de los ciudadanos que, al contar con un instrumento tan valioso como el instituto, multiplican sus solicitudes para hacer valer su derecho a la información. Con ello la demanda de información es creciente, pero también es la mejor garantía de que los obstáculos se vayan derribando cada vez a pasos más acelerados.
Por mandato de ley --y hay que recordarlo-- no hay, ni debe haber, cotos vedados y nadie puede estar ajeno al escrutinio público, si su tarea es el servicio público y su conducta esta normada por la ley.
Recordemos entonces ante lo que hoy se rinde cuentas, que el Constituyente Permanente tuvo presente la conciliación de derechos y libertades, como un punto central de la reforma que elevó a rango constitucional el derecho a la información, como un paso de la mayor trascendencia para instaurar en México la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas.
Con aquella reforma en la que muchos participamos, el derecho a la información adquirió el rango de derecho fundamental, de garantía individual, lo que significa que toda la información en posesión de cualquier autoridad, entidad, órgano y organismo federal, estatal o municipal, es pública y sólo puede ser reservada temporalmente de manera excepcional por razones que deberán sustentarse en los términos que fijen las propias leyes. Esto es, en la interpretación de este derecho prevalece el principio de máxima publicidad.
Sabemos que en ocasiones esta reserva puede estar siendo utilizada intentando hacer uso y abuso de la misma, y que ha generado dentro de la institución insistentes búsquedas para que la transparencia sea cada vez más ágil y se ponga a disposición de todo aquel que solicite la información.
Pero también hacemos el señalamiento que en contraste con lo que se pensó en la reforma constitucional, el legislador estableció una limitación universal que se refiere a la protección de la vida privada y de los datos personales. Esta información --recordamos y es un punto muy importante-- no puede estar sujeta al principio de publicidad, puesto que pondría en grave riesgo otro derecho fundamental: el derecho a la privacidad.
Observamos los legisladores constantemente la manera como con prudencia, con mucha dedicación pero orden específico, el instituto ha logrado hacer una combinación de ambos derechos, pero procurando cumplir con su obligación de disponer lo necesario para que toda información pública sea transparente y se encuentre a disposición de todo aquel que la solicite.
Esta responsabilidad que tiene a nivel federal el IFAI, y que es asegurar la protección de los datos personales de los ciudadanos, pero al mismo tiempo procurar que esté a disposición la máxima información posible, se vuelve todo un reto hoy en día, y que nosotros desde el Congreso observamos cotidianamente.
Es que ambos aspectos constituyen, sin duda alguna, una transformación cultural de largo alcance para nuestro sistema democrático, porque buscan al mismo tiempo establecer nuevos equilibrios y contrapesos que alejan la tentación del autoritarismo o establecen costos muy altos, para aquéllas autoridades que intenten persistir en sus prácticas.
La democracia se fortalece con derechos ciudadanos garantizados, y en ello, el IFAI cumple un papel fundamental que merece todo nuestro respaldo.
Es que no puede haber funcionarios, servidores públicos, que aun se sigan manejando con viejos esquemas y continúen negando de forma sistemática las peticiones de información.
Estamos seguros que esos casos tendrán que ser cada vez menos, si al lado de la sociedad persistimos en el respaldo a la valiosa labor del IFAI y sus integrantes.
Sí, es cierto, aún están a debate reformas que se consideran necesarias para el fortalecimiento de las atribuciones del IFAI, como son el carácter definitivo e inatacable de sus resoluciones, así como dotarla de instrumentos legales que permitan al organismo cerrar vías de elusión cuando se declare inexistente la información solicitada.
También, y tomamos debida nota, el paso --que en lo personal considero que es ineludible-- de la autonomía de una institución, como es la que estamos comentando. Creo que el nacimiento de ella generó expectativas que han sido bien resueltas por el trabajo profesional que se ha llevado a cabo en el Instituto.
Pero hoy no tengo ninguna duda que un órgano de estas dimensiones, que ha probado su utilidad para el Estado mexicano, debe adquirir la autonomía, como muchas otras más que podrían y darían certeza, sobre todo seguridad a los ciudadanos de contar con debida información y también con la debida protección.
Son cuestiones, estoy seguro, que habremos de analizar con toda responsabilidad en el Congreso de la Unión, en cuanto las propuestas tomen forma de iniciativa, que es muy importante que nosotros nos ocupemos de ellos.
Termino comentando que es convicción del Congreso, que con el arma de la ley y el impulso social, estamos convencidos que el IFAI logrará seguir aportando los mejores resultados para el arraigo definitivo de una cultura nacional de transparencia y rendición de cuentas, que será una de las más claras señales que habremos alcanzado, un Estado pleno de vida democrática en nuestro país.
Más convencido estoy, y seguro que en ello participan todos nuestros compañeros de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, de que este evento en el cual se informa del trabajo del IFAI, es también un acicate a todos y cada uno de nosotros, para seguir trabajando en la profundización de la vida de este instituto y la autonomía futura del mismo.
Muchas gracias
---oOo---