Versión estenográfica de la presentación de la doctora Galia Borja Gómez, propuesta por el Ejecutivo Federal como miembro de la Junta de Gobierno del Banco de México, durante su comparecencia ante la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado de la República.
Muchas gracias, Presidente. Y, muy buenas tardes senadoras y senadores.
Me siento muy honrada de estar en esta Comisión como candidata a tan alta responsabilidad.
Quiero platicar que como mi formación académica es de matemática por la UNAM, con Maestría en Matemáticas Aplicadas en la Universidad Estatal de Nueva York; mi entrenamiento intelectual es el de plantear y resolver problemas desde una perspectiva racional y objetiva, a partir de datos duros.
Hace 21 años ante la oportunidad de continuar mis estudios de matemáticas en un Doctorado, me propuse hacer una pausa y explorar mis capacidades en un trabajo no académico. Así, se me presentó la oportunidad de trabajar en el servicio público, aplicando mis conocimientos en la Secretaría de Finanzas del entonces Gobierno del Distrito Federal, y se manifestó en mí la vocación de servicio público de desempeñarme como una persona que brinda un servicio de utilidad social.
Y, aunque podría continuar mis estudios, decidí continuar con mi carrera profesional. Así, inicié mi formación en la administración financiera de recursos públicos, desde la participación en el diseño y desarrollo de un sistema electrónico local de pagos gubernamentales, captación y concentración de fondos, análisis y desarrollo de nuevas estrategias de cobro de impuestos, entre otras muchas funciones.
Posteriormente ingresé a trabajar a la Tesorería de la Federación, institución en la que llevo 13 años laborando, dos de ellos como su titular. Durante este periodo, decidí compaginar mi carrera con una segunda Maestría, donde pude consolidar el marco teórico de la economía y de las políticas públicas, en el Tecnológico de Monterrey.
En suma, mi experiencia profesional de 20 años, ha sido en el sector financiero, como funcionaria pública. He intervenido en diversos roles, en actividades relativas a la recaudación, concentración, operaciones de deuda, administración de la liquidez, en pesos, en dólares; incluso en la Agenda de Inclusión Financiera.
En muchas de estas actividades, he sido contraparte de las operaciones de áreas del Banco de México, pues este desempeña la función de agente financiero del Gobierno Federal y le presta servicios de tesorería: la cuenta corriente, en donde la tesorería mantiene en el Banco de México, es la cuenta concentradora de la recaudación del Gobierno Federal.
Asimismo, es la cuenta desde la cual se instruyen cerca de 13 millones de pagos al mes, a las cuentas bancarias de los beneficiarios finales, utilizando los sistemas de pago del Banco Central.
Como tesorera, también soy miembro titular de la Comisión de Cambios, la cual tiene como objetivo evaluar las condiciones de operación en el mercado cambiario y, en caso de ser necesario, adoptar las acciones pertinentes para una óptima operación; por lo que he trabajado diversos temas en conjunto con el Banco de México, como mi contraparte.
Sin embargo, el Banco Central no es únicamente el banco del Gobierno Federal: es el banco del sistema financiero nacional y su ley indica que su finalidad, es la de proveer a la economía del país de moneda nacional, y que la consecución de esta finalidad tendrá como objetivo prioritario, procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda.
El objetivo de la estabilidad de precios es tan relevante, ya que alcanzarlo ayuda a generar crecimiento, permite estabilidad en el empleo, mantiene el poder adquisitivo de las personas y las familias, y da certidumbre a las transacciones económicas y a los proyectos de inversión de largo plazo. En otras palabras, da estabilidad económica a la nación.
No podemos, por ello, subestimar la estabilidad de precios, pues, en el caso de que ésta no exista, veríamos un deterioro del nivel de vida de las familias y un aumento en la desigualdad, ya que la inflación es más dura con los que menos tienen.
Asimismo, la inflación genera incertidumbre y hace inviables muchos planes y proyectos en el largo plazo.
Se observan tres características que aportan en el logro de dicho objetivo: Las herramientas de política monetaria, la independencia del Banco Central y la rendición de cuentas, que incluye la comunicación vía reportes de inflación y minutas de decisión de política monetaria, entre otros.
Dentro de las herramientas de política monetaria, destaca la determinación de la tasa objetivo, a cargo de los miembros de la Junta de Gobierno, misma que se consigue a través de las operaciones de mercado abierto.
La independencia le otorga al Banco de México la capacidad de cumplir con su objetivo institucional, garantizando distancia del ciclo político y de las necesidades fiscales de los gobiernos.
Con la autonomía de la Banca Central, la confianza tiende a quedar cimentada en mandatos institucionales sólidos.
La importante labor que el banco ha realizado en los últimos años, al respecto de la estrategia de comunicación, de sus objetivos y decisiones, le ha conseguido una enorme credibilidad.
Por otra parte, la Ley del Banco de México indica que serán también sus finalidades promover el sano desarrollo del sistema financiero y propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pagos.
La inclusión financiera es un facilitador clave para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad; sin embargo, los niveles de profundidad del Sistema Financiero Mexicano son aún delgados.
Solamente el 68 por ciento de los mexicanos cuentan con algún producto financiero, como un AFORE, un seguro, un crédito; y menos de la mitad, a saber 47 por ciento de los mexicanos, tiene una cuenta bancaria.
Además, el efectivo es el medio de pago en las transacciones más comunes. El 98 por ciento de las compras de 500 pesos o menos, se realizan en efectivo.
Así pues, en México existe una brecha financiera que hay que cerrar y el Banco, como el encargado de sistema de pagos y de regulador, junto con diversas instancias de la Secretaría de Hacienda, tiene ante sí el reto de lograr una profundización del sistema financiero.
Como se sabe, el acceso a diversas fuentes de financiamiento y la canalización de recursos hace a sectores que han estado excluidos de mecanismos eficientes de financiamiento, incrementa la capacidad productiva y operativa de las empresas, además de que dota de mayores oportunidades a la población en general; por lo que esta es una palanca de desarrollo que debiéramos estimular.
Estoy consciente que tanto en México como en el mundo estamos ante un escenario doblemente adverso, donde tenemos una crisis sanitaria que desembocó en una crisis económica.
Todas las instituciones y todos los sectores de la sociedad, han volcado sus esfuerzos, primero, para disminuir los efectos de esta situación adversa; y segundo, para encontrar una pronta solución.
Buena parte de la solución será la producción, compra, distribución y aplicación de las vacunas, pero a todos los actores nos tocará desde distintas responsabilidades realizar nuestra labor de manera eficaz y oportuna.
Se presenta ante mí un reto y una oportunidad, como servidora pública, y para mí sería un gran honor que se me confiriera esta oportunidad en un contexto como el que he descrito.
La administración de las finanzas públicas, demanda vocación en el servicio público, conocimientos técnicos en la materia y ética en el ejercicio de Gobierno, características que poseo.
Poder servir a mi país desde esta alta responsabilidad, sería un gran honor, si esta Soberanía así lo dispone.
Muchas gracias.
Quedo atenta a sus preguntas.