PREGUNTA.- ¿Qué opina del llamado del Presidente Felipe Calderón, sobre si aprueban o no las reformas?
RESPUESTA.- Estoy convencido que en la búsqueda de acuerdos en donde todos participemos, es como podremos ponerle un mejor rumbo al crecimiento de México, que tanto necesita y que se le ha negado en los últimos años.
Debemos superar todas estas cifras --que incluso hoy nos da la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)--, que México es el único país en Latinoamérica que tiene niveles de crecimiento en pobreza; las demás naciones los han resuelto.
En algunas ocasiones pienso que hay alguna confusión en el Ejecutivo o en sus asesores, sobre todo cuando veo que propone que ya le aprobemos Iniciativa Preferente, cuando esto ya lo hicimos en julio del 2008.
Creo que no se le ha acercado información correcta al Presidente de la República, pero eso se puede subsanar, estoy seguro, con la mejor de la buena fe.
Yo sí estoy esperando por parte del Ejecutivo --como todo el Senado-- una definición ya precisa para avanzar en la reforma política y en los órganos reguladores, para que sean verdaderamente independientes del Estado mexicano.
P.- ¿Se valen este tipo de ultimátum, señor?
R.- Es un recurso discursivo, que no debería tener el Presidente de la República. No obstante lo anterior, no es como para que abandonemos de ninguna manera el diálogo y la búsqueda de acuerdos.
México necesita recuperar su paz y tranquilidad y evitar al máximo posible, confrontaciones estériles.
P.- ¿Se nota desesperado el Presidente?
R.- No lo sé. Lo he escuchado en los medios de comunicación, intentando rescatar su cuarto año de Gobierno, ante la acusación de falta de resultados.
Nuevamente la gente se pregunta: “Si el Gobierno dice que vamos bien, ¿por qué los mexicanos nos sentimos tan mal ante la falta de resultados?”
P.- ¿Se vale que se haga ver ante la opinión pública que el Congreso no trabaja? Porque con eso de que “me las aprueben sí o no”, parece ser que el Congreso no está trabajando y, sobre todo, porque ya va a concluir el periodo.
R.- Muchas veces tendríamos que procurar tener lecturas correctas y ordenadas sobre cada uno de los discursos presidenciales, ya que en ocasiones sale pidiendo que se le apoye en algunas de sus ideas, en otras acusando, en otras más echando culpas.
La verdad es que no ha habido una ruta correcta y única. Y cada día estamos esperando nuevas declaraciones --distintas por cierto-- por parte del Ejecutivo Federal; pero, el diálogo lo puede resolver, y todos deben procurar tranquilizar en buena parte su espíritu partidario y pensar más en México.
P.- Senador, pero aquí han sido omisos, no han salido las reformas. ¿Quién ha sido omiso, el Ejecutivo o el Congreso?
R.- Hace un momento comentaba que me llamó mucho la atención que pide se le apruebe la Iniciativa Preferente; nosotros convocaríamos a sus asesores a que le informen bien.
El Senado de la República aprobó ya la Iniciativa Preferente, junto con veto de bolsillo, en el mes de julio del 2008. Estamos ya en el mes de diciembre del año 2010; valdría la pena que revisara los archivos antes de declarar sobre algunas cosas.
P.- ¿Entonces no sabe ni de lo que habla, no sabe ni lo que reclama?
R.- Creo que los asesores deberán esmerarse más en actualizar al Presidente de la República, para que pueda emitir esas declaraciones; así como se confundió ayer con algunas láminas, hay una confusión también en este tema de Iniciativa Preferente.
P.- Senador, ¿el Presidente no equivoca las maneras? Hay quien lo califica incluso de autoritario y de estar presionando al Congreso de “díganme sí o no, y punto”.
R.- Yo no me atrevería --porque iría en sentido contrario a la recomendación de que todos los ánimos partidarios deben tranquilizarse ante un México que necesita resultados, progreso, crecimiento, justicia, empleo--, a hacer alguna crítica al comportamiento presidencial mayormente.
Estoy seguro que el Ejecutivo Federal verá en este último tercio de su mandato, una nueva oportunidad a fin de poder construir algo mejor para México, a lo que actualmente tenemos.
P.- Senador, su postura aquí en el Senado es distinta a la de sus homólogos priistas en la Cámara de Diputados, que dijeron que ya están cansados y no le van a aprobar debido a su actitud, y usted habla de diálogo.
R.- Nadie debe declararse cansado en una etapa en la que México necesita de todos. Y yo confío que todos saquen nuevas fuerzas, de donde sea necesario, para continuar el trabajo en la búsqueda de acuerdos y soluciones a los problemas.
México vive momentos sumamente difíciles, que ameritan que a través de la concordia y la reconciliación, avancemos.
P.- ¿Pero el PRI se siente responsable de este fracaso en los acuerdos, porque no hay reformas? ¿Cuál es la responsabilidad del PRI?
R.- En el panorama veo muchas más reformas que las que algún día, en aquel atribulado 2006, cuando parecía que todo estaba destruido, se podían construir.
El Congreso ha cumplido cabalmente con su responsabilidad durante todos estos años, viniendo de una crisis política que afectó la legitimidad del gobernante en turno, reponiéndonos, a fin de construir reformas constitucionales y legales sumamente importantes para la vida de la Nación, que le han dado instrumentos, como a ningún otro Gobierno se le habían aprobado en materia de procuración de justicia y seguridad pública; podríamos tomarlo como base para que los próximos dos años, tuvieran más éxitos.
No debemos --de ninguna manera-- detener el camino de los acuerdos.
Nosotros exhortamos a que todos los actores políticos recuperen la tranquilidad y le apuesten a una gobernabilidad que gire alrededor de la civilidad y los acuerdos.
No es la hora de poder promover más rencillas entre los mexicanos, tan atribulados por los niveles de desempleo y falta de crecimiento.
P.- ¿Las acciones del Presidente debilitan la investidura presidencial, senador?
R.- No, solamente debilitan a la persona y creo que a nadie le conviene tener un Presidente débil.
P.- ¿Prevén un periodo extraordinario?
R.- Todavía no sacamos conclusiones, después de una fructífera reunión de trabajo que tuvimos entre Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, hace unos días, donde suscribimos acuerdos que nos permitirían ser más eficaces en el cumplimiento de nuestro trabajo. Posteriormente podríamos sacar alguna conclusión.
Lo único que me llama la atención, es el escaso tiempo que nos dio el Ejecutivo, enviándonos la terna para la conformación de la nueva Ministra de la Suprema Corte, que podría llevar a cabo el procedimiento de completar este Máximo Tribunal, que se ha visto mermado con la muerte de uno de los Ministros.
El tiempo que nos dio es sumamente corto, incluso no se respetan los treinta días que la Constitución prevé para que el Senado pueda hacer un análisis de la terna propuesta por el Ejecutivo.
No obstante lo anterior, en el Senado existe conciencia y responsabilidad que debemos desahogar este trámite, aunque sea en estos escasos días.
En lo particular creo, que si es necesario, acudir a un periodo extraordinario, para cumplir con nuestra responsabilidad, ante esta dilación que el Ejecutivo tuvo en el envío de la terna, deberíamos pensarlo, hacerlo, y con esto dejar a otro de los Poderes, que es el Judicial, perfectamente bien integrado, lo cual hasta hoy no sucede.
P.- Senador, ¿Cuál es la respuesta del Presidente del Senado, específicamente a la iniciativa del mando único, que parece que le preocupa mucho al Presidente? ¿Va a salir, o no en este periodo?
R.- Creo los trabajos para poder analizar la iniciativa que envió el Ejecutivo, y que generaron tanto interés por participar a todos los Grupos Parlamentarios en el Senado --incluido el de origen del Presidente de la República, que es el Partido Acción Nacional-- nos están acercando a modificaciones que perfeccionen este planteamiento y que permita tener algo distinto a lo que actualmente tenemos y no funciona.
Gracias.
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