Versión estenográfica de la participación del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en el Foro virtual “México 5G”.
Muchas gracias.
Quiero agradecer a Gabriel Székely, a Jorge Fernando Negrete, por la invitación.
Saludo al gobernador del estado de Hidalgo, nuestro amigo Omar Fayad.
Al embajador de los Estados Unidos de América, nuestro amigo Christopher Landau.
Saludo a Carlos Funes y también a Maryleana Méndez, secretaria general de la ASIET, y Carlos de CANIETI.
Quiero expresarles a todos los integrantes de la industria de las telecomunicaciones y a todos los que están participando en este Foro virtual, en este Foro digital, mi respeto y enviarles un saludo.
La emergencia sanitaria por la que atravesamos, ha propiciado una aceleración en la transformación digital, tanto en el ámbito público como en el privado. Gracias a esta aceleración, hemos podido continuar con el desarrollo de actividades productivas, educativas, sociales, culturales, de entretenimiento, de comunicaciones, de información y actividades esenciales, como las que desarrolla el Poder Legislativo, el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo.
Y, no sólo hemos podido continuar, sino que lo hemos hecho adoptando por completo una nueva forma de vida, una nueva normalidad.
Un claro ejemplo es el esquema de trabajo a distancia en todas las instituciones, en todas partes. Es un trabajo que hemos impulsado y que incluso ahora estamos discutiendo iniciativas integrales en materia de justicia digital y en materia de sesiones digitales del Senado, para asumir congruentemente esta nueva realidad.
A raíz de la pandemia, la justicia en México se paralizó y necesitábamos resolverlo de manera urgente.
Se propuso modificar el artículo 17 constitucional, donde se establece la obligación a todos los juzgados y órganos jurisdiccionales, para resolver sus asuntos en materia digital y no postergarlos.
Esta iniciativa (falla de audio) pronto de resolverse y permite sesionar a distancia, recibir los alegatos a distancia, establecer un mecanismo que pueda garantizar la autenticidad de la firma de los actores y que no se alteren los documentos como prueba fehaciente.
Es decir, adoptar como parte de sus procesos las tecnologías de la información.
En el caso del Congreso de la Unión, también se han planteado modificaciones a la Constitución y a la Ley Orgánica del Congreso, incluso a sus Reglamentos internos de cada una de las Cámaras, que nos permitan a distancia, de manera segura y confiable, llevar a cabo los trabajos del Poder Legislativo.
Es por ello que debemos asegurar que nuestro ecosistema digital cuente con las condiciones necesarias para adoptar las tecnologías y la innovación que nos depara el presente.
El acceso a la digitalización, debe ser considerado y reconocido como un elemento esencial. Esto se ha convertido en la base para acceder, no sólo a derechos fundamentales sino que se ha vuelto el modo de vida para muchos.
Lo anterior es consistente con lo señalado en el Foro Económico Mundial, en el sentido de que construir la infraestructura para soportar un mundo digitalizado y mantenerse actualizado en las últimas tecnologías, resultaría y resultará esencial para que cualquier empresa, en efecto, o cualquier país o cualquier institución, pueda mantener su competitividad en un mundo posterior al Covid-19; así como para adoptar un enfoque inclusivo, centrado en el ser humano.
Precisamente la 5G, es la próxima generación de tecnología móvil, y uno de sus beneficios potenciales es un notable aumento en la velocidad de conexión y reducción en el consumo de energía.
Esto se traduce en beneficio para todos los mexicanos, que tendremos más servicios y de mejor calidad.
Es decir, estas redes representan una piedra angular con el potencial de apuntalar muchas otras tecnologías que conjuntamente tendrán un impacto transversal en todos los sectores industriales, económicos, sociales, e incluso políticos.
Así pues, la 5G promete ser pilar de los nuevos modelos de negocios de los esquemas laborales del futuro, de revolucionar los medios de información; también los medios de entretenimiento y culturales; el transporte, la planeación, el desarrollo de las ciudades, la prestación de servicios distintos, como el de salud y educación, así como la gestión gubernamental.
Como todos los pasos en un proceso de evolución, también trae consigo muchos retos.
En México, al igual que en diversos países del mundo, se destaca la importancia de la modernización de las redes y de la incorporación de las nuevas tecnologías.
Así también reconocemos la necesidad de incrementar la cobertura y la penetración de los servicios de telecomunicaciones y la banda ancha, tan importante para reducir las diferencias regionales y para lograr que los grupos menos favorables se conecten, tengan acceso, y que pueda este acceso enriquecido a fuentes de trabajo o a oportunidades únicas y a los servicios primordiales.
En una sociedad moderna, la conectividad es factor indispensable para fomentar el bienestar de la población.
Quienes tenemos el privilegio de contribuir a este propósito desde las instituciones del Estado, tenemos la obligación de promoverlas, cultivarlas y fortalecerlas.
Cada vez somos más los que requerimos estar conectados y cada vez se incorporan más actividades que utilizan la infraestructura, la cual debe mantenerse actualizada y vigente, para soportar el crecimiento exponencial de la demanda.
Para nadie es un secreto que los esfuerzos que han tenido que hacerse y que han venido haciéndose en México y a nivel mundial para enfrentar el choque de manda que se produjo en los servicios de telecomunicaciones a partir de los primeros días de la pandemia, para mantener funcionando el trabajo, la salud y la educación, fueron impresionantes y han sido inesperados los efectos de la pandemia y de manera notable nuestro acceso y actuación.
La regulación en este tema es entonces un asunto de muy delicados equilibrios. Cómo lograr la prestación de un servicio esencial de una forma confiable, segura, de calidad verificable y qué alcance cada vez más a los mexicanos; que este alcance logre cómo los precios bajen y se incorporen nuevos participantes.
Necesitamos un marco legal, equilibrado, acorde a la transformación digital y para ello es necesario reunir información, para entender la dinámica de estas nuevas tecnologías, sus alcances, sus posibles debilidades, los beneficios que proporcionan a la población y poder así establecer una mejor regulación.
Es por ello que foros como este, que abren un espacio de diálogo entre Estado, instituciones, industria, academia, y otros interesados, son indispensables y abonan en la consolidación de metas en común.
Debemos propiciar acuerdos sobre proyectos regulatorios en materia de contenidos audiovisuales, en función de la evolución y convergencia tecnológica en el ecosistema digital, considerando su desarrollo, la evolución en sus formas de consumo y transmisión y con un enfoque incluyente.
No quiero dejar de señalar que es prioritario garantizar los derechos de los usuarios, bajo un enfoque de diversidad y de pluralidad.
Por último, quiero señalar que el desarrollo actual del ecosistema digital, en beneficio de toda la sociedad, requiere una visión proactiva en el fomento de la adopción de tecnologías innovadoras, que no nos dejan fuera del desarrollo internacional y que para ello se hace imperante continuar en una estrategia digital que promueva en toda la población las habilidades necesarias para la adopción de estas tecnologías.
Quisiera aprovechar también que esta gran lección que esta pandemia nos ha dejado sí ha sido muy dolorosa, ha devastado la economía, ha acabado con millones de empleos y a partir de esta tragedia debe haber un nuevo orden mundial.
Y ese nuevo orden mundial lleva implícita la evolución digital, la era digital, en la cual, señoras y señores, los que aquí estamos presentes somos parte responsable.
El Senado, se los digo desde ahora, es un foro abierto a las ideas, a escuchar y a dialogar con todos y todas, donde todas las discusiones son respetuosas y todas las propuestas respetables.
Entiendo que durante los últimos años no ha habido la comunicación con ustedes, entendemos la importancia del sector telecomunicaciones y los retos y oportunidades que nos plantea la realidad regional y global y por ello les propongo que en el Senado organicemos mesas de trabajo en las que juntos, ustedes y nosotros, delineamos los cambios efectivos que se requieren para generar bienestar digital para todas y todos los mexicanos.
Les propongo hagamos mesas de trabajo -es un tema que a mí me apasiona-, en las que nos hablemos sobre la tecnología, sobre los beneficios que la sociedad quiere en estas mesas, en el diálogo, sobre cómo crear bienestar a partir de lo digital, de cómo una conexión de un dispositivo se puede traducir en salud, educación, acceso a la cultura e inclusión (falla de audio) y financiera.
Por eso, explicarnos cómo una conexión y un dispositivo pueden fortalecer la calidad de las instituciones democráticas, cómo pueden abonar a la libertad de expresión, a la pluralidad y al derecho a la información. Enfrentémonos y enfoquémonos en el tema de la competitividad.
Y como no nos debemos quedar atrás, porque somos parte de una región, que no podemos aislarnos ni autoaislarnos, sólo en los Estados Unidos el Internet representa una parte importantísima del PIB, 10 por ciento; en México sólo el tres.
Hablemos cómo podemos aprovechar las telecomunicaciones para acelerar la recuperación y el crecimiento económico porque en México tenemos más de 500 parques industriales, una base de infraestructura importante para atraer inversión extranjera.
Hablemos sobre cómo la tecnología digital puede transformar nuestra planta industrial y atraer inversiones de Asia, para exportar a la Unión Americana.
Hablemos sobre cómo podemos incluir el sur del país en esta transformación, para poder atraer industrias que nos permitan exportar a la costa Este de los Estados Unidos, en sustitución del gigante asiático, China.
Hablemos sobre cómo aprovechar las oportunidades del T-MEC, que el T-MEC nos pone en la mesa, sobre cómo las empresas mexicanas se pueden beneficiar en igualdad de circunstancias que las empresas de nuestros socios comerciales: Estados Unidos y Canadá.
Hablemos sobre cómo diseñemos, veamos la política digital que nos permita jugar en igualdad de circunstancias en la región de Norteamérica.Sería un despropósito que México no usara esta oportunidad surgida (falla de audio) moderno.
Gracias por su invitación y le reitero mi disposición como presidente de la Junta de Coordinación Política, como líder de la mayoría, que tengamos una mayor capacidad de intercambio, interlocución y podamos adentrarnos a la era digital.
Muchas gracias.